Skoda Auto: el fabricante checo nos muestra su lado desconocido
En 1895 Václav Laurin y Václav Klement fundaron la marca que hoy conocemos como Skoda. Tras 125 años de actividad el fabricante checo ha acumulado una interesante gama de modelos, la mayoría de ellos auténticas celebridades, mientras que algunos ejemplares históricos nos resultan casi desconocidos.
Tal como sucedió con muchas marcas automotrices, en sus primeros años Skoda se dedicó a la fabricación de bicicletas y motocicletas. La empresa fue fundada en 1895 por Václav Laurin y Václav Klement, bajo la denominación Laurin & Klement, y no fue hasta 1905 cuando se sumó al catálogo el primer vehículo de cuatro ruedas, el Voiturette A, un automóvil de dos plazas equipado con un pequeño motor que producía 7 CV.
La compañía dio el gran salto internacional en 1911, cuando algunos de sus productos comenzaron a venderse en Norteamérica, África y Asia, pero el estadillo de la Primera Guerra Mundial truncó su avance. Al finalizar el conflicto la Sociedad Laurin & Klement estaba prácticamente en bancarrota y de no ser por los aportes del gigante industrial Škodovy Závody, dinero fresco que llegó en 1925, la sobrevivencia de la marca checa no hubiese sido posible.
EN 1991 SKODA FUE ADQUIRIDA POR EL GRUPO ALEMÁN VOLKSWAGEN, INICIÁNDOSE ASÍ UNA NUEVA ERA PARA LA MARCA. ES UN FABRICANTE QUE HA SOBREVIVIDO A DOS GUERRAS MUNDIALES, Y QUE EN 125 AÑOS DE TRAYECTORIA APRENDIÓ A REINVENTARSE, AUNQUE SIN RENUNCIAR A SUS VALORES… LA CALIDAD DE LOS PRODUCTOS ENTRE ELLOS.
La denominación Skoda se usó por primera vez en 1928, un nombre que se vio fortalecido por la fama de los modelos 110 y 120, que años antes eran vendidos bajo la desaparecida marca Laurin & Klement; el público no dejó de preferirlos, a pesar del nuevo escudo adherido al frontal.
Claro que Skoda no se conformó con nutrir su despensa con ejemplares ya conocidos, sino que también desarrolló sus propios modelos, como el Rapid de 1934 y el Superb de 1935. Un año después se estrena otra de las celebridades de la marca, el Favorit, y una vez más el rugir de las armas obligó a detener la producción de automóviles para construir material de guerra.
Por segunda vez Skoda debió lidiar con los problemas económicos y operativos provocados por las beligerancias mundiales, aunque esta vez logró firmar un acuerdo que le permitía funcionar con cierta libertad y gozando de algunos beneficios, como el acceso al acero y a las tecnologías desarrolladas durante la guerra.
En 1951 se lanza el primer modelo perteneciente a esa nueva etapa, el sedán 1200, hasta que en 1959 debuta el Octavia, uno de los nombres más conocidos que ha dado esta marca; un par de semanas después se presenta una versión descapotable del Octavia, en la que se utiliza por primera vez la denominación Felicia.
El club del anonimato
La historia de esta marca es bastante conocida, al igual que sus logros y modelos más representativos, pero algunas páginas de ese diario de vida no se escribieron con el propósito de presumir sus conquistas, siendo hitos más bien desconocidos por la mayoría de las personas. Y como consecuencia de eso, de los ejemplares producidos en pequeña serie o de sus proezas no existirían registros, algo que afortunadamente no sucedió gracias al trabajo realizado por el centro histórico del fabricante checo.
Por ejemplo, en 1936 el modelo Popular 420 se transformó en el ganador de su categoría en el Rally de Montecarlo, evento que hasta ese minuto era dominado por otros fabricantes europeos. Y ese mismo año un Skoda Rapid asumió el desafío de dar la vuelta al mundo en 97 días, travesía que cumplió sin inconvenientes.
En el catálogo de modelos existen algunos ejemplares cuyos nombres no se han pronunciado tantas como veces como en los casos de Octavia o Superb, porque se trata de creaciones destinadas a actividades puntuales, como la competición, la exploración o la experimentación. En este ámbito destaca el 935 Prototype de 1935, un automóvil que en su época dio a conocer las muchas ventajas de la aerodinámica, en la forma de “gota de agua”.
Otro modelo poco conocido, pero no en los autódromos, es el Skoda F3. Se trata de un monoplaza creado para participar en las carreras de Fórmula 3, una serie que en la década del sesenta compartía escenario incluso con la Fórmula 1. Lo animaba un motor trasero con válvulas en el bloque de 999 cc del que se obtenían 92 CV, lo suficiente para alcanzar una velocidad máxima de 220 km/h.
En este resumen también merecen ser citados los ejemplares Trekka de 1966, Type 998 Agromobil de 1962 y el deportivo 1100 OHC de 1958. El Trekka es un cuadriforme todoterreno, algo así como el antecesor del Yeti, que se ensamblaba en Nueva Zelanda y que era movido por un bloque de 1.221 cc que producía 41 caballos; era un ejemplar muy versátil, que se ofrecía en diferentes formatos.
El Type 998 Agromobil fue creado específicamente para servir en labores agrícolas y en aplicaciones militares, para lo cual se servía de una eficiente tracción a las cuatro ruedas que además incluía diferencial con deslizamiento limitado y caja reductora. Lo impulsaba el mismo motor presente en el modelo 1202, que es un bloque OHV de 1.221 cc que produce 45 CV, siendo una característica poco común, para este tipo de vehículo, que la carrocería sea autoportante.
Esta revisión finaliza con el 1100 OHC, que como vemos (en la foto de portada) se trata de un audaz bólido de competición, pese su formato biplaza, el que en 1958 debutó bajo el nombre codificado Type 968. Pero su desarrollo comenzó dos años antes, y dentro de sus principales características está el chasis tubular liviano que le permite marcar 618 kilos sobre la báscula; los prototipos estaban carrozados con fibra de vidrio, material que luego se reemplazó por aluminio.
En el vano frontal habitaba un motor de cuatro cilindros con 1.098 cc de desplazamiento y que erogaba 92 CV a 7.000 giros por minuto, un recurso mecánico que le permitía correr a 200 km/h. Desafortunadamente este impetuoso automóvil no pudo mostrar sus cualidades en autódromos fuera de su país natal, pero cuando debutó en la pista de Mladá Boleslav, en junio de 1958, logró una aplastante victoria sobre sus rivales. Se fabricaron solo dos unidades, estando la única sobreviviente bajo la custodia del departamento histórico de la compañía.