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Opel Mokka: la marca alemana comienza a “despeinarse”

La segunda generación de este SUV mediano no solo exhibe un diseño exterior sumamente atractivo, sino que además se presenta con una considerable dotación tecnológica orientada a la seguridad.

Antes de hablar del Mokka es importante aclarar el título con el que abre esta crónica, porque conociendo la idiosincrasia alemana no es tan fácil entender cómo un fabricante tan germano podría llegar a cambiar sus costumbres… es decir, dejar en el pasado su simétrica postura.

Al parecer eso es posible, y fue así como en el lanzamiento del Mokka fue presentada la estrategia comunicacional con la que Opel comienza a escribir un nuevo capítulo en su dilatada historia, páginas que se colmarán con un espíritu joven, con un ánimo rupturista, y con todas esas conductas propias de los jóvenes alemanes, esos osados personajes que desde hace algún tiempo le están dando forma a esa nación.

Estaremos atentos a este cambio, porque sin lugar a duda no es una tarea fácil modificar uno de los más acentuados rasgos que distinguen a una determinada sociedad o en este caso a una marca de automóviles, algo tan peliagudo de hacer como intentar quitarle el romanticismo a París; porque ha sido así desde el principio.

Bueno, ya hablamos del asunto estratégico y ahora es tiempo de referirnos al Mokka. Este producto debutó internacionalmente en 2012 pero a nuestro territorio arribó en 2015, en ese entonces con un diseño poco innovador que casi lo relega al anonimato; además Opel no tenía mucho tiempo de haber regresado a Chile, asunto que no le ayudó a sumar adeptos.

Pero esta segunda generación es muy diferente, ya que a simple vista exuda deportividad, merced a un diseño exterior colmado de hermosas soluciones arquitectónicas. Entre ellas destaca el frontal equipado con el Opel Vizor, un carenado que protege la mascarilla, los faros de ledes y el emblema del Blitz en el centro; en las citadas luces frontales debuta la tecnología IntelliLux LED.

La zaga también presenta un look avanzado, con un portalón plisado en el medio y rematado con unas delgadas luces de posición. Más abajo del escudo de la firma alemana se lee el nombre del modelo, grabado en unas atractivas letras cursivas.

Este ejemplar mide 4.151 mm de largo, 1.986 mm de ancho, 1.523 mm de alto y se anuncian 2.557 mm de distancia entre ejes. En el compartimiento de equipaje se pueden depositar bultos equivalentes a 350 y 1.105 litros como medida máxima.

Está construido sobre la misma plataforma modular escalable CMP/EMP1 que podemos hallar en los Peugeot 208 y 2008, también en el Citroën C4, DS3 Crossback y en el Opel Corsa, lo que nos recuerda que esta marca forma parte del Grupo Stellantis; es por eso que se construye en Francia… y no en Alemania. Por su arquitectura y clasificación comercial el Mokka es algo así como un “hatchback aventurero”, es decir un SUV mediano.

En el habitáculo salta a la vista el tablero Opel Pure Panel, una cubierta envolvente y continua que frente al conductor luce como si hubiese sido moldeada en una sola pieza. Es un detalle sumamente moderno, más aun considerando que en la faz de dicho componente se ubica un clúster digital y una pantalla táctil… ambos dispositivos de 7”.

Se presenta con dos alternativas de motorización e igual número de transmisiones, formando así un line up de cuatro variantes distinguidas con los niveles de equipamiento Elegance y GS Line. La lista de precios parte en $16.990.000 con bonos incluidos.

El primer bloque es un turbo gasolinero de 1,2 litros que produce 130 CV y 230 Nm de torque, y el segundo impulsor es un turbodiésel de 1,5 litros que entrega 110 CV y 250 Nm de par máximo. La transmisión puede ser mecánica de seis marchas o automática de ocho, y en este caso en lugar de una selectora tradicional de velocidades se ofrece un pequeño mando (teclas) denominado E-Toggle; la tracción es delantera en todas las unidades.

Dentro de una nutrida dotación orientada a la seguridad podemos encontrar los siguientes aditamentos: control de crucero con limitador de velocidad, cámara de retroceso con visión en 180°, seis airbags, controles de estabilidad y tracción, sensor de colisión frontal, asistente de partida en pendiente, alerta de fatiga, asistencia de mantenimiento de carril y frenos ABS+EBD. Todo esto como parte de la dotación estándar.

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